Gracias a que empecé a conectar consciencia y amor con mi ciclo menstrual pude abrazar mis momentos de oscuridad, pude conocer mis lados olvidados y no sanados, y así, llevar amor a donde más lo necesito.
Estuve muchos años rechazando mi ciclos menstruales, odiando(me) en mis días pre-menstruales sin darme cuenta lo necesario que era que observe lo que traía a la luz toda esa revolución de emociones.
Hoy decido abrazar cada fase de mi luna. Cada momento es igual de valioso x más incómodo que sea, así como aprendí a integrar mi oscuridad con amor, dejé de escudarme en que la culpa la tenían las hormonas y empecé a hacerme cargo de que toda la incomodidad emocional que traían esos días de oscuridad no era más que un llamado de atención para que lleve amor a esa parte de mí que necesitaba sanar.
Siempre se trata de integración, nunca de rechazo, siempre es un llamado al amor y a la consciencia, no un ataque.
Amo ser mujer, ser lunar y cambiante, agradezco el hecho de purificarme una vez al mes, de ser intuitiva, de sentir tan fuerte todo, amo el poder que me da el ser vulnerable, la flexibilidad ante los cambios, la apertura y receptividad al amor. Cada mujer conecta distinto con su energía femenina, yo aprendí al conectar con mi ciclo que cada fase es perfecta y me trae un matiz a amar e integrar de mi misma. Mi oscuridad es tan perfecta como mi luz ya que compone todo lo que soy, un ser lunar cambiante y completo.