Lo único constante es el cambio, resistirnos a él sólo trae sufrimiento, si nos aferramos a lo que se nos está diciendo con miles de señales que lo debemos soltar nos estamos autoinduciendo al dolor.
Abrámonos a lo que está por venir con confianza plena que lo que vendrá será lo mejor para nuestra evolución, sin miedo a soltar o a abandonar la comodidad de lo conocido, al fin y al cabo lo único que termina generando dolor es nuestra propia resistencia.