Cuando pensás que te las sabes todas el universo te da una cachetada de humildad y te hace ver cuánto tenés aún por aprender, la mejor es transitar la vida como aprendices, observando todo como una gran lección, con inocencia como si fuéramos niñxs, permitiendo sorprendernos de las cosas sin juzgarlo por ser distintas a las que habituamos.