Primero identificar cuáles son las creencias limitantes que te han metido tipo “una mujer o un hombre deben ser así o asa”, “el sexo es…”, “debo esperar la tercer cita para coger porque si no soy una regalada”, etc.

Cuestionarnos las creencias que limitan nuestro disfrute está bueno para dejarlos a un lado y entender que la culpa está ligada viejos dogmas religiosos que nos hicieron creer que el placer sexual es pecaminoso.
Por más absurdo que parezca esas creencias obsoletas siguen operando en nuestro inconsciente y en el colectivo, está bueno identificar que nos están limitando y disfrutar sin miedo a consecuencias negativas PORQUE NO LAS HAY.


No hay nada más espiritual que disfrutar sin culpas ni miedos estando conectadxs con nuestra esencia y con el propio deseo.
Abramos la mente a nuevas formas de explorar nuestro placer, sin pensar en el deber ser, o si está bien o mal, si no le hago mal a nadie y mi me hace bien, entonces estás bien.